La Joy Eslava registraba un lleno total ante la primera visita de Klaxons a la capital. Los londinenses llegaban para presentar 'Surfing the Void', un segundo disco de mayor inclinación metal y menos propensión a los colores flúor que su predecesor. El cuarteto hizo acto de presencia pasadas las nueve de la noche, ataviados de forma más discreta que en en la pasada edición del FIB pero dispuestos a arrasar de igual forma.
A pesar de que el citado álbum crece con las escuchas, el público congregado recibió con mayor euforia los hits contenidos en 'Myths of the Near Future'. Entre ellos se encuentra, como no podía ser de otra forma, Atlantis to Interzone. Con su característica sirena daba comienzo un directo rápido y contundente, muy atractivo por los continuos relevos al micrófono de Jamie Reynolds y James Righton. Tras ella llegó Flashover, dejando claro que el sonido de los antiguos abanderados del movimiento new-rave ha virado mucho en su segundo LP.
Klaxons se habían deshecho de las coreadísimas Gravity's Rainbow y Golden Skans cuando apenas habíamos traspasado el ecuador de una actuación en la que el propio Righton se encargó de animar al respetable en un destacable castellano. Quizás no estaban transmitiendo las dosis de éxtasis musical que nos inyectaron a todos en el Escenario Verde de Benicàssim meses atrás, pero a esas alturas ya se habían metido al público en el bolsillo.
En la última parte del concierto, y como viene siendo habitual en su gira, unieron Two Receivers y Magick para poner a bailar al antiguo teatro, incluído un Carlos Jean que contemplaba el espectáculo desde las alturas. Sin tiempo para treguas aterrizó Echoes, canción que en vivo agudiza los tintes épicos que exhibe en estudio. Podría haberse tratado de un buen final, de hecho la banda abandonó el escenario, pero aún quedaba tiempo para un bis en el que dispararon Surfing the Void y It's Over Yet.
Notable actuación la de unos Klaxons que ya no son aquellos gamberros que allá por el 2007 estuvieron a punto de cancelar sus shows en el Primavera Sound y el FIB por su excesivo descontrol. Su puesta en escena, que continúa siendo incendiaria a ratos, ya cuenta con la experiencia y las tablas de una formación que acumula cierto bagaje.
Fotografías: Organización
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