Era el día más flojo, eso estaba claro. Pero eso no mermó nuestras ganas de emprender un largo día de conciertos muy variados protagonizados en su mayoría por lo que podríamos llamar 'viejas glorias'. La jornada tuvo de todo, desde la emotividad de The Sunday Drivers hasta la actitud de boxeadores de The Prodigy. Y el cansancio comienza a pasar factura...
THE RUSKINS: Se ganaron el hecho de que asistieramos a verles por el tremendo trabajo de publicidad que se hicieron a sí mismos los días previos a su concierto. Furgoneta y pegatinas incluidas allá donde fueras. Incluso paseo previo por la playa justo antes de su concierto. Musicalmente hablando, les queda madurar. Pero apuntan maneras, sobretodo con el banjo en la mano. Tuvieron hasta presencia femenina sobre el escenario para una pequeña colaboración. A destacar la marea de gente que atrajeron desde las Islas Británicas. Eso sí que son amigos y no los de RadioDuo...
THE CRIBS: La temperatura aún era elevada para cuando los de Wakefield saltaron al escenario. Obviando de manera descarada sus tres primeros álbumes, el cuarteto se centró en su más que correcto 'Ignore the Ignorant'. A pesar de notables temas como We Were Aborted y Cheat on Me, nunca lograron conectar con un público británico en su inmensa mayoría. Y nos seguimos preguntando para qué vino Johnny Marr hasta Benicàssim...
THE SPECIALS: Tras el gran concierto ofrecido por Madness en la pasada edición del SOS 4.8, teníamos ganas de bailar a ritmo de ska. Se agradeció el esfuerzo de los de Coventry por divertir al personal, pero, a pesar de que temas como Do Nothing o A Message to You Rudy fueron recibidos con algarabía, no consiguieron teñir el Escenario Verde del espíritu 'rude boy'. Por encima de todo ello queda la gran admiración que despiertan más de treinta años después de su formación.
THE SUNDAY DRIVERS: Fue, sin lugar a dudas, el momento más emotivo de todo el festival. Público y banda eran conscientes de que se trataba de un concierto de despedida y la comunión entre ambas partes fue total. Los toledanos repasaron concienciudamente su notable discografía para alegría de los numerosos asistentes, que entre tema y tema entonaban un ''no os separéis'' que hacía que Jero Romero cogiera el micrófono con miedo a derramar alguna lágrima. Canciones como Love, Our Love y On my Mind se convirtieron en el perfecto broche para una actuación que finalizó con una treintena de amigos y familiares sobre el escenario.
IAN BROWN: Ian Brown sorprendió primero por la poca gente que consiguió juntar en el Escenario Verde y segundo por el hecho de comenzar con I Wanna Be Adored de los Stone Roses. Poco destacable en su concierto, si acaso Stellify, algo más cantada. Su paso por la costa castellonense ha sido un tanto de puntillas, cosa que ni él esperaba.
THE PRODIGY: Su momento de gloria hace años que pasó, pero el tirón de The Prodigy sigue siendo espectacular. De hecho, la mítica colina situada fuera del recinto registró un mayor aforo que los conciertos de numerosos grupos modestos y no tan modestos. Aunque su sonido no fue del todo correcto, su actitud sigue enardeciendo a las masas, que bailaron entregadas temas como Breathe, Voodoo People y Out of Space. Aunque su fórmula guarda pocos momentos para la sorpresa, paralizaron el recinto de manera absoluta.
CUT COPY: Los australianos abrieron su actuación con Lights & Music, signo inequívoco de que iban a por todas. Su irregular audio hizo que, a pesar de éxitos como Hearts on Fire y de presentar algunos temas nuevos, abandonáramos antes de tiempo su concierto en el FiberFib.com para coger sitio en Klaxons.
KLAXONS: Visto lo visto, Klaxons han sobrevivido al hype. Su actuación resultó consistente desde todos los puntos de vista, sonando contundentes y con un punto ruidista controlado. No faltó ninguno de los hits de su gran álbum de debut, mientras que temas nuevos como Flashover o Echoes convencieron a todos. Pasado el ecuador del show hilaron con acierto Two Receivers y Magick, desatando la locura en el Escenario Verde. La traca final llegó en el bis de la mano de Atlantis to Interzone, canción que cerraba uno de los conciertos más destacados de la XVI edición del FIB.
THE JAPANESE POPSTARS: Sonaron mucho más macarras de lo que podíamos preveer. En un concierto no multitudinario precisamente se dedicaron a hacer bailar al respetable, aunque de pocos podríamos decir que los hubieran escuchado previamente.
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