Vampire Weekend. 'Vampire Weekend' (XL Recordings, 2008)
El debut homónimo de Vampire Weekend es un disco importante para entender la escena musical alternativa de los últimos años. El proyecto liderado por Ezra Koenig consigue que, a pesar de tratarse de cuatro jóvenes universitarios neoyorkinos, su apuesta por el folklore africano no resulte artificial. Además, y esto es más reseñable, aporta frescura y abre una brecha que posteriormente sería aprovechada por otros grupos (Dirty Projectors, The Very Best...).
La inconfundible voz de Koenig, las alegres y sencillas líneas de guitarra y el marcado acento afro son las señas de identidad de un trabajo novedoso en el que podemos encontrar temas urgentes (A-Punk), alardes de percusión tribal (Mansard Roof), sonido 'stroke' (Campus), arreglos preciosistas (Walcott, M79) o importaciones desde lo más profundo del continente negro (Cape Cod Kwassa Kwassa).
Habiendo profundizado ya en la continuación de su ópera prima (y habiéndola disfrutado en directo), podemos decir que Vampire Weekend camina hacia un sonido más electrónico, con canciones que pierden inmediatez en las melodías para ganar fuerza en las letras.
Cabe destacar de los clips que realiza Vampire Weekend el hecho de que siempre se observe a la banda tocando en movimiento, algo que han continuado en su segundo trabajo por ejemplo con Cousins. Acompañamos el post con tres de sus clips del primer trabajo, donde domina este hecho común.
Aún asi, los chicos de la Gran Manzana, volvieron a dar la campanada con su segundo largo y reafirmando así esas tremendas expectativas sobra la carrera de estos chicos, más bien pijos, de Nueva York. Sin duda este debut homónimo, fue uno de los discos del año, y probablemente de la década, y no sólo por el contenido, sino por el hecho de abrir una nueva corriente musical ciertamente bailable que desde entonces arrasa en todas las pistas de bailes. O si no, ¿qué es una buena sesión sin que haya sonado al menos A-Punk?
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