A tenor del anunciado sold out, la expectación era máxima ante la primera visita de Architecture in Helsinki a Madrid. Tras el calentamiento de rigor a cargo de Violeta Vil y sus densas atmósferas, saltó al escenario el sexteto australiano. Seis tipos peculiares que, a priori, nada tienen en común entre ellos salvo los miles de kilómetros recorridos para presentar 'Moment Bends' a lo largo y ancho del globo terráqueo. Eso sin contar su total predisposición por hacernos pasar un buen rato, aspecto común en todos los miembros de la banda australiana.
Porque el tópico se cumplió de forma evidente en la madrileña noche del jueves: Si una banda disfruta haciendo su trabajo, el público lo nota y lo agradece. El mejor ejemplo de ello fue la única componente femenina (Kellie Sutherland), una rubia capaz de robarnos el corazón a todos gracias a su perenne sonrisa y sus entrañables contoneos. Ella fue una de las estrellas de un show divertidísimo y agitado en el que no hacía falta ser un experto en la discografía de Architecture in Helsinki para deducir a qué etapa pertenecía cada canción. Descacharradas y tribales las extraídas de sus tres primeros trabajos; más convencionales y estructuradas las contenidas en su reciente 'Moment Bends', álbum que llevó el peso del setlist.
Calurosamente acogidas fueron That Beep, con Sutherland al micro, una versión acelerada de It's 5! y, sobre todo, una Escapee situada en el ecuador de la actuación. Todas ellas interpretadas de forma más festiva y funk que en estudio, propiciando que reinara el buen ambiente durante los 70 minutos que Architecture in Helsinki permanecieron sobre las tablas. A lo largo del minutaje también hubo tiempo para cambiar numerosas veces la disposición de los intrumentos y micros, dedicar un tema a Fernando Torres, confesar que una de las canciones no tenía título porque contaba con escasas horas de vida y rubricar una luminosa y cósmica velada con un triple bis impecable: Contact High, una cover del I've Been Thinking About You de London Beat y Heart in Races. Que haya segunda vez, bravo.
FOTO: Natalia Serrano
Seguro que fue genial. nos gustaria verlos en concierto, seguro.
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