El viernes nos vimos obligados a replantearnos la jornada de otra manera si queríamos ver todos los conciertos previstos debido al gan número de asistentes que dificultaba la movilidad por el recinto. Ese día se esperaban unas cinco mil personas más que el día anterior, miedo. El nuevo plan requería algo más de estrés y algún que otro sacrificio, pero cuando estás ante un cartel como el de este año, bien vale la pena. Finalmente solucionaron el problema del pago en las barras permitiendo el efectivo y las tarjetas de crédito, una decisión bien tomada a tiempo.
AVI BUFFALO: Comenzaron algo tímidos y temerosos (al público nos pasaba más o menos lo mismo), pero lentamente fueron cogiendo confianza. Las guitarras, que en un principio se mostraron algo frías, iban arropando sigilosamente el pop melancólico de los de California hasta conseguir tal intensidad que a veces costaba ubicar algunos temas dentro de su fascinante primer disco. El cantante, Avigdor Zahner-Isenberg, dueño de una de la voces más peculiares de esta edición, estuvo al frente de todo lo que sucedía encima del escenario, con momentos espasmódicos incluidos. Lograron estremecernos con la interpretación de What's In It For.
THE FIERY FURNACES: Corriendo hacia el escenario Llevant lo que uno esperaba era ver un concierto pop de guitarras y, sorprendentemente, nos encontramos con un concierto de rock de melodías pop. Con pinta de chicos bien, The Fiery Furnaces se centraron en presentarse más ásperos que en el estudio, consiguiendo una actuación efectiva agraciados con un sonido potente que consiguió ponernos las pilas para todo lo que todavía estaba por llegar. Costó reconocer temas como Tropical Iceland o Single Again, todo dulzura en disco.
WOLF PEOPLE: La mayoría de ellos salieron con traje, se mostraron serios y sin interactuar demasiado con el público (lo que llamaríamos "estilo Interpol", para entendernos). Pero cuando una banda suena bien, deja claro que les gusta lo que hacen y, además, presentan un disco de una calidad tan aplastante como 'Steeple', es muy difícil no rendirse ante ellos. Un gran directo que hubiera preferido disfrutar un par de horas más tarde.
THE NATIONAL: Si hay que destacar un concierto por encima de todos los demás, hablando de conciertos de festival al aire libre (deberíamos dejar lo que hizo Sufjan el día anterior en un podio superior), ese es sin duda el concierto de The National. También salieron trajeados y durante los tres primeros temas se mostraron íntimos, sobrios y algo distantes, incluso Anyone's Ghost sonó algo desangelada, pero con Bloodbuz Ohio la cosa cambió. A cada tema la cosa ascendía de una forma imparable, con hueco para la épica, susurros estremecedores o rabia desatada. El concierto alcanzó una potencia sonora imponente y se convirtió en un cúmulo de emotividad purificadora. Que nadie se sorprenda si The National se convierte en la próxima banda de rock de estadio. Como curiosidad comentar que Sufjan Stevens les hizo los coros en los temas Afraid Of Everyone y Terrible Love.
TWIN SHADOW: Uno de los conciertos más esperados resultó ser también uno de los más gratificantes. Sin bajar el nivel ni un sólo segundo, desprendieron clase, nos hicieron sonreir durante los cincuenta minutos de actuación y nos permitieron bailar gracias a un repertorio elegido con sabiduría. Además pudieron presumir de uno de los sonidos más limpios hasta entonces.
PULP: La gran cita era sin duda el regreso de Pulp, por lo que el escenario San Miguel ya estaba medio lleno una hora antes de que arrancara la actuación. Nervios, empujones y calor. Por fin se ilumina todo, cae una cortina que tapaba el escenario y se oyen los primeros acordes de Do You Remember The First Time?. La gran masa enfurece de placer y comineza uno de los 'conciertos-karaoke' más histriónicos a los que he asistido a nivel de público. Lo que dejó claro la banda es que para ellos es como si no hubiera pasado el tiempo, exhibiendo un perfecto estado de forma. Jarvis Cocker, por su parte, demostró ser uno de los frontman más carismáticos, sexys y enérgicos del pop: se retorcía, regalaba cientos de posturas o se subía a los altavoces repetidamente. Todo esto manteniendo la voz perfecta durante todo el concierto. El repertorio se centró sobre todo en los discos 'Different Class' y 'His'n'Hers', y así se fueron sucediendo, como el que no quiere la cosa, Something Changed, Disco 2000, Babies, This is Hardcore... Entre las anécdotas destacar que una pareja del público se comprometió allí mismo (anillo incluido) bajo el consentimiento de un Jarvis que también dedicó el Common People a los "indignados" y denunció la actuación de la policía que tuvo lugar ese mismo día en Plaza Catalunya. Si algo estaba del lado de los de Sheffield era que, a estas alturas, ya no tenían nada que demostrar, pero aún así dieron una lección de lo que son tablas encima de un escenario, sobre todo Mr. Cocker. Ante tal decarga de adrenalina fue muy difícil no mantener una sonrisa durante los 30 minutos que restaban de actuación.
BATTLES: Desconozco si fue el horario o el agotamiento físico, pero Battles no me convencieron en absoluto. Hace unos tres años tuve la opartunidad de verlos y me conquistaron, pero esta vez algo falló. Si algo hay que decir en su favor es que tienen un directo impactante haciendo alarde de una ejecución asombrosa de cada uno de los temas (era agotador ver cómo golpeaba John Stainer la batería, por ejemplo). La nota negativa estuvo, quizás, en que casi únicamente tocaron temas de su reciente segundo álbum, intercalando continuamente canciones muy movidas con otras más sosegadas, consiguiendo así una actuación irregular que no logró alzar el vuelo.
TEXTO: Rubén Surià
FOTOS: Inma Varandela y Eric Pamies (Prensa PS)
No hay comentarios:
Publicar un comentario