Después de tantos meses esperando este día, apenas reacciono cuando me doy cuenta de que ya está, el Primavera Sound ha llegado con todas las futuras alegrías que su cartel está dispuesto a ofrecer. Nos prometieron cambios: recintos más grandes, nuevos escenarios, más comodidades y novedades tecnológicas como el pago de consumiciones y merchandising con la terjeta del festival. Cambios lo bastante notables como para dirigirse al festival sin saber muy bien qué esperar a pesar de ser un asistente habitual. El año anterior, el miércoles quedó en evidencia ya que la sala Apolo se quedó pequeña. En 2011, sin embargo, la organización no se lo pensó dos veces y decidió alargar el evento a cinco días (de miércoles a domingo): dos en el Poble Espanyol (recinto de las primeras ediciones) y tres en el Fòrum como viene siendo costumbre.
Nos dirigimos a primera hora de la tarde hacia la montaña de Montjuïch donde se encuentra el Poble Espanyol, hace un calor sofocante y ya se empiezan a ver grupos de personas con sus pulseras en camino. Al entrar vemos que ya hay unas mil personas, Nisennenmondai acaban de salir al escenario y todo está bastante tranquilo. Comprobamos que el pago con tarjeta funciona perfectamente, respiramos profundamente y nos disponemos a disfrutar de cada concierto.
NISENNENMONDAI: Las tres japonesas se mostraron algo estáticas sobre el escenario, pero la energía musical que desprendían no dejó a nadie indiferente gracias a riffs de guitarra-bajo-batería repetidos hasta la extenuación en temas que duraban más de siete minutos. Sayaka Himeno a la batería parecía haber entrado en un trance profundo siguiendo a golpe de cabeza el ritmo frenético del bombo. Lo que en un principio parecía ser algo así como una ida de olla, poco a poco te atrapaba y te ofrecía la oportunidad de entrar en ese hermoso trance nipón.
LAS ROBERTAS: Con su pop garagero de toques sesenteros, Las Robertas se mostraros algo distantes y no consiguieron emocionar demasiado. Toda la actuación sonó bastante plana, sin bajar ni levantar el tono demasiado, 'Las Vivian Girls de Costa Rica' se conformaron con ofrecer una actuación correcta sin más.
Después del segundo concierto ya se observaba que la entrada de gente al recinto era numerosa y constante, todo apuntaba a que iba a haber un llenazo total. Cada vez me invadía más la pereza ante la posibilidad de ver (otra vez) a Echo & The Bunnymen, por lo que optamos por el Plan B que suponía el concierto privado de Interpol en la Sala Apolo para unas 800 personas, también organizado por Primavera Sound y San Miguel. Ya veríamos a Caribou al día siguiente mientras volvía a coincidir con Paul Banks y los suyos.
INTERPOL: Al llegar allí pudimos ver en un cartel con los horarios, anunciando que el setlist que nos iban a ofrecer duraría noventa minutos. Esto terminó por convencernos de que habíamos tomado la decisión correcta. Un concierto completo, en una sala de unas dimensiones medianas y con una acústica tan buena como Apolo era poco más que un lujo para nosotros. El concierto fue teloneado por The Lions Contellation, una banda de Barcelona que dejó ver un gran potencial. Dieron un concierto de rock shoegaze intenso y vigiroso, aunque con un sonido demasiado alto en el que costaba distinguir la voz. Después de los teloneros empezó a llegar más gente pero sin aglomeraciones, la movilidad por la sala era comodísima y las barras estaban a disposición inmediata. A esas horas uno ya se podía imaginar el Poble Espanyol a reventar. Por fin llega el momento, todo a oscuras e Interpol salen al escenario, la sala ya se ha llenado pero sin completar aforo como se había prometido. Paul Banks, sonriente desde el principio sobre un escenario más iluminado que de costumbre, y compañía comenzaron como es habitual con Success para seguir con Say Hello To The Angels. El repertorio fue muy similar al que habían elegido a lo largo de la gira, aunque en esta ocasión nos sorprendieron con temas que ya casi parecían condenados a quedarse para el recuerdo. Entre ellos una The New con un final largo, intenso y espectacular. Su sonido impecable durante los 90 minutos de actuación, algo que no sorprende si ya has visto a la banda anteriormente. Así se fueron sucediendo hits clásicos y canciones del último disco para terminar con Obtacle 1 y una versión fantástica de Not Even Jail, mi favorita, también con final alargado. Éxito rotundo y posiblemente el mejor concierto que haya visto de estos chicos. Al día siguiente el repertorio fue básicamente el mismo.
TEXTO: Rubén Surià
FOTO: Dani Canto (Prensa Primavera Sound)
No hay comentarios:
Publicar un comentario