martes, 16 de noviembre de 2010

Vampire Weekend @ Sala Razzmatazz (Barcelona)

Inevitablemente, la visita del pasado sábado de la banda neoyorquina Vampire Weekend a Barcelona dejará para el recuerdo de todos los asistentes una sensación agridulce. Y es que, sin conocer todavía los motivos oficiales, los de Ezra Koening decidieron acortar su repertorio sin dar explicación alguna.
No fue posible llegar a tiempo para disfrutar del pop luminoso de Jenny and Johnny, teloneros del evento, por culpa de unos horarios que al que escribe estas líneas le tuvieron algo estresado gran parte de la tarde. Una lástima, pues tras escuchar 'I'm Having Fun Now', disco que venían a presentar, no hubiera encontrado una forma mejor para ir entrando en calor.

Hace tan sólo nueve meses que Vampire Weekend visitaban Barcelona presentando su último disco, 'Contra', en la sala Penélope, donde ofrecieron un concierto excelente gozando de un sonido magnífico pero algo enturbiado por culpa de la organización. Esta vez visitaban Razzmatazz, una sala cuatro veces más grande y cómoda que la anterior e infinitamente con más experiencia en organizar conciertos. Volviendo a agotar todas las entradas, parecíamos tenerlo todo a favor para que aquella noche fuera inolvidable. Sin duda lo fue, pero no del modo que esperábamos.

La banda salió al escenario puntual y con actitud enérgica empieza a sonar Holiday. Desde el minuto uno la audiencia ya estaba a sus pies: manos alzadas, bailes frenéticos y alaridos de satisfacción. Siguieron con White Sky y Cape Cod Kawassa Kawassa sonando más potentes y efectivos que en la anterior visita. I Stand Corrected nos daba un respiro que, a juzgar por el buen rollo acumulado en la sala, nadie se quiso tomar, mientras que M79, California English y Cousins consiguieron el desenfreno general. Un repertorio con más subidones que bajones en el que destacaría las interpretaciones de la magnífica Run, tema que para mí ya debería convertirse en uno de sus clásicos, y Diplomat's Son, con las que demostraron que sus directos son algo más que un puñado de temas ejecutados correctamente. Además han incluido unas proyecciones y juegos de luces muy sencillos pero que ejecutados en momentos clave de las canciones resultaban ser muy efectivos.

Chris Tomson no dejó de dar botes tras su batería, contagiando a todos de aquel buen rollo que se había creado sobre el escenario, mientras abajo el público se pasó todo el concierto coreando cada gorgorito que la impecable voz de Ezra entona en sus canciones. Llegaba el final de la primera parte, con Campus y Oxford Comma unidas como si de una sola canción se tratara y dejándonos a todos exhaustos pero con unas ganas tremendas de bises teniendo en cuenta que todavía les quedaba por cantar gran parte de su mejores temas.

Tras la gran ovación y 50 minutos después del comienzo del concierto vuelven a salir pero, para sorpresa de todos, nos dicen que tocan la última canción y que volverán nuevamente cunado tengas nuevas canciones. Fue el momento de disfrutar de Walcott, tema con el que cierran todos sus conciertos y que esta vez no nos dejó tan buen sabor de boca final. Desaparecieron casi sin despedirse y dejando sin tocar temas como Giving Up The Gun, Horchata o Mansard Roof.
La sensación de decepción fue tal que nadie hacía el amago de salir de la sala. Cuando se vio que los técnicos salían a recoger, la gente comenzó a enfadarse: silbidos a modo de queja, abucheos cada vez que estos se llevaban algún instrumento o cable. De repente, el público se puso a gritar ''horchata, horchata'', acompañados de más silbidos y los técnicos seguían a lo suyo. Luego intentaron cerrar las cortinas del escenario para ver si conseguían calmar los ánimos de un público que no se movía, pero fue peor, pues esta vez todo el mundo levantaba las manos gritando ''manos arriba, esto es un atraco''. Veinte minutos después, tras ver que aquello ya no tenía solución, decidimos marcharnos.

Desconozco los motivos por los que la banda decidió acortar tan bruscamente el concierto, el público que llenaba la sala estaba rendido ante ellos y no parecían incómodos en ningún momento. En todo caso es una lástima que algo que comenzó maravillosamente haya terminado con una decepción final que difícilmente se podrá olvidar.
Lo que sí dejó claro Vampire Weekend el pasado sábado es que su directo es excelente y que pocos grupos pueden rivalizar con ellos en ese terreno. Sigo pensando que sus discos no hacen justicia a lo que estos chicos son capaces de hacer sobre el escenario.

TEXTO: RUBEN SURIÀ

1 comentario:

  1. A veces a los grupos se les olvida que en su dia fueron también fueron fans como nosotros de otros grupos y que también les jodían este tipo de cosas....En fin...

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