Llegamos a la jornada final de un festival que nos ha enganchado por su sano ambiente, su animada vida diurna y la comodidad con la que puedes disfrutar de todos los conciertos. Nuestra gasolina comenzaba a escasear en este tercer día de Sonorama, por lo que el ''madrugón'' fue menor. Apenas pudimos disfrutar de los conciertos de Joaquín Pascual y Fernando Alfaro, ex-componentes de Surfin' Bichos que terminaron por compartir escenario en una Plaza del Trigo que se encontraba abarrotada para cuando SUPERSUBMARINA comenzó su concierto. Los jiennenses no dejaron indiferente a ninguno de los mañaneros transeúntes, convenciendo a exaltados fans y escépticos asistentes. La respuesta del público en canciones como Elástica Galáctica o Ana confirmó el tirón de la banda, que cerró el show con una coreadísima Cientocero. Se les presuponía un hueco al menos en el Escenario Ribera, cosa que probablemente hubiera sucedido si no hubieran tenido otro bolo cerrado en Tarragona esa misma noche.
LOS PUNSETES: Tarde o temprano, la banda madrileña, que prácticamente abría la veda en el recinto de conciertos, deberá replantearse su peculiar enfoque del directo. Dos años después de que su excelente debut viera la luz, pocos son los que se sorprenden ante su actitud de seriedad inquebrantable, sin hacer ni una concesión de cara a la galería. El repertorio de su show, que comenzó con Hospital Alchemilla, estuvo centrado casi exclusivamente en su reciente segundo álbum, interpretado de forma más ruidosa y distorsionada. Temas como Fondo de Armario, Maricas o su himno Tus Amigos fueron los más destacables de una actuación en la que a Ariadna se le escaparon un par de 'muchas gracias'.
MAGA: Es indudable que, a pesar de acumular ya cuatro discos a sus espaldas, los sevillanos Maga no han sido capaces de volvernos a ofrecer nada tan excitante como su primera producción. Por ello, y tras ver como su directo comenzaba con la siempre entrañable Agosto Esquimal, abandonamos el Escenario Heineken sin comprobar cómo suenan las canciones de su último trabajo, 'Sal y otras historias'.
LAYABOUTS: Al contrario que Maga, los madrileños tuvieron imán durante los cincuenta minutos de actuación. Aún no había anochecido cuando el directo comenzó, pero eso no fue impedimento para que llenaran el recinto de fuerza y contundencia, encendiendo la mecha con su temazo Corrupted Scene Behind the Stage. Sus furiosos guitarrazos y su trepidante batería hicieron que todos los asistentes sudáramos de lo lindo intentando igualar semejante derroche de energía. Protagonizaron otra de las sorpresas agradables del festival.
BRETT ANDERSON: A pesar de la espectación, el líder de Suede provocó más aburrimiento que otra cosa. Se agradecen sus esfuerzos por comunicarse con el respetable, no así el hecho de que su repertorio estuviera compuesto al completo por temas de su carrera en solitario, dos de ellos inéditos.
SIDONIE: Está claro que Marc, Axel y Jesús se encuentran como en casa en tierras arandinas. Su conciertos apenas arrojan sorpresas, pero en conexión con el público no tienen rival. Los miles de asistentes que colapsaron el Escenario Ribera del Duero recibieron eufóricos temas como Fascinado, Dandy del Extrarradio y El Incendio, mientras que Por Tí desató la ternura de las parejas allí presentes. Su directo, irreprochable sonoramente hablando, fue uno de los más largos del festival.
LORI MEYERS: Los granadinos aterrizaban en el Sonorama para presentar 'Cuando el destino nos alcance', su nuevo y controvertido disco. Aunque hay poco que discutirles en lo referido al sonido, Noni y los suyos ofrecieron un concierto frío en el que se olvidaron de temas como Luces de Neón o Un Mundo por Delante. Salvo Mi Realidad, canción que cerró la actuación, ninguna de sus nuevas producciones motivó excesiva algarabía entre el numerosísimo público.
DINERO: La carpa Future Stars se quedó pequeña para presenciar el directo de una de las bandas en las que RadioDuo tiene depositadas más confianza. Los alicantinos hicieron bailar y vibrar a los asistentes con canciones que muchos no conocían. Pero bailaban, buena señal. El Momento Perfecto, En Invierno, U.U.AA... fueron enlazando hit tras hit para regusto de inmediatos fans. Y disgusto de las pobres chicas que miraban extrañadas preguntándose qué manera de bailar era esa. La magia de su batería y esos enérgicos riffs hicieron su labor a las mil maravillas.
THE RAVEONETTES: Aunque su cuarto disco, publicado a finales del pasado año, discurre por caminos más pop que en lo que ellos es habitual, los daneses siguen siendo incondicionales del ruido y la distorsión, dos factores que disimularon ciertos problemas de sonido. El dúo ofreció un show demasiado lineal en el que apenas hubo concesiones al baile, siempre escudados en una atmósfera oscura en la que sólo brillaron Last Dance y Dead Sound.
DELOREAN: Se podría decir que la gran atracción del festival en su 13ª edición no provenía desde Escandinavia ni desde el otro lado del charco, sino de Zarautz. Por ello resulta frustrante que por problemas de sonido ajenos a la banda, se vieran obligados a no poder finalizar un concierto que ya comenzó con más de media hora de retraso por el mismo motivo. Durante el poco tiempo que estuvieron sobre el Escenario Heineken nos dio tiempo a comprobar que lo de estos chicos son palabras mayores. Temazos como Moonson, Stay Close o Deli nos dejaron a todos con la miel en los labios.
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