martes, 22 de junio de 2010

Sónar de Noche (18 y 19 de junio; Barcelona)


Si algo caracterizaba al Sónar de este 2010 era, quizás, un cartel algo atípico si lo comparamos con ediciones anteriores. Prescindían de ciertos dj’s de renombre, que casi se habían ganado el título de residentes del evento, o confirmaban nombres como Roxy Music o el mismísimo Jónsi que, por mucho que la organización se empeñe en justificar, no acababan de encajar. Una suerte de cartel que, por diferente, me atrajo a sus dos noches este pasado fin de semana.


VIERNES 18 DE JUNIO

Uno de los asapectos más destacados del viernes era la cantidad de gente que ya se movía por el recinto desde primera hora, si no consiguieron agotar entradas estuvieron muy cerca. Además, el escenario SónarPub había sido cambiado de ubicación, convirtiéndolo, al igual que el SónarLab, en un escenario al aire libre. Y esa fue nuestra primera parada.

HOT CHIP saltaron al escenario con 15 minutos de retraso, aunque en cuanto a lo musical no se hicieron esperar en absoluto, ya que ofrecieron un concierto a base de hits: Parecía que tenían muy claro a qué festival venían y no se andaron por las ramas. En los primeros 20 minutos ya se habían ventilado One Life Stand y Over and Over, dejando claro que van sobrados de temazos para poder acabar el concierto a lo grande. Y vaya si lo hicieron. Fueron de menos a más con un fin de fiesta por todo lo alto, con temas como Hold On, Take It In, I Feel Better y Ready For The Floor que sonaron más electrónicos y fiesteros que en el disco y que hicieron bailar a todos los presentes. Por otro lado, temas como We Have Love perdían algo de gracia con una versión muy discotequera pero carente de esos pequeños detalles frikis que caracterizan a la banda en los discos. Aún así, Hot Chip salió a vencer y vencieron sin lugar a dudas.


El retraso del primer concierto provocó cierto estrés a la hora de cambiar de escenario para ver el que fue el concierto de esta edición. Afortunadamente, LCD SOUNDSYSTEM también se retrasó unos minutos y nos permitió situarnos en una posición más o menos privilegiada en una sala prácticamente llena. Los de James Murphy parece que se propusieron dejar al resto de artistas que les acompañaban esa noche casi como aficionados. Un concierto que fue una fiesta non-stop de principio a fin, poniendo al SónarClub patas arriba en un ambiente más que caldeado debido al bailoteo de un público entregado que no fue capaz de parar a lo largo de una hora llena de una potencia sonora muy superior a la esperada. Temas como Drunk Girls o Daft Punk Is Playing At My House sonaron enormes, pero las que realmente hicieron enloquecer al personal fueron All My Friends, Tribulations, Movement y Yeah, provocando el delirio y acabando empapados por unos últimos 15 minutos en los que no fuimos capaces de parar. Una auténtica pena que la organización les obligara a cortar la actuación cuando en el escenario hacia casi un minuto que ya estaba sonando Losing My Edge. Sin duda hubiera sido un broche de oro perfecto.



La siguiente parada obligada eran las barras para hacerse con una copa o corrías el riesgo de desvanecerte por deshidratación. Más que por admiración fue por curiosidad por lo que quisimos acercarnos a ver qué tal se lo mentaban THE SUGARHILL GANG. Una decepción de concierto en el que la banda no supo estar a la altura. Si bien es cierto que las 3 de la mañana no era, quizás, la hora adecuada para una sesión de hip hop con toques de funky pausados, los de Nueva York se empeñaron en ralentizar la actuación con unos parones de casi 2 minutos entre tema y tema que provocaron la impaciencia de los allí presentes. Versionaron temas de Beyoncé o la mismísima Billie Jean de Michael Jackson, pero para cuando llegó la mítica Rapper’s Delight ya era demasiado tarde como para levantar el vuelo de un concierto poco más que aburrido.

2 MANY DJ'S parecía la apuesta segura para pegarte unos buenos bailes a base de electrónica frenética mezclada con guitarrazos y pop fiestero, pero al parecer se tomaron demasiado en serio la visita al festival y ofrecieron una sesión calculada segundo a segundo, dejando de lado cualquier toque de espontaneidad y centrándose básicamente en la electrónica más chunda-chunda para satisfacer a un público que, a ciertas horas, lo único que requería eran ritmos rabiosos con los que bailar sin más. A pesar de que el público parecía encantado 2 Many Dj's ofrecieron en el SónarClub una de sus sesiones más discretas que yo recuerde.

El cierre de la primera noche no estuvo a la altura de las expectativas, lo que provocó un abandono del recito antes de tiempo. Después de repasar todas las alternativas se podría decir que CARTE BLANCHE era la opción más acertada, con más ritmo y gracia que el resto de la competencia. Por lo visto fue lo mismo que pensó el resto de gente, ya que el SónarPub era el escenario más frecuentado a esas horas.


SÁBADO 19 DE JUNIO

La noche del sábado se afrontaba con cierta excitación. Por un lado estaba la actuación de Roxy Music, posiblemente la última y única que un servidor tendrá posibilidad de ver, y Fuck Buttons, que con un disco tan poco convencional como el que habían sacado había cierta curiosidad por su sonido en directo, y por el otro la actuación de The Chemical Brothers, esta vez prometiendo algo muy especial.

A diferencia de la noche anterior, la primera hora del Sónar noche mostraba un recinto prácticamente vacío. El poco interés que despertaron actuaciones como la de Jónsi, con uno de los debuts más excitantes de lo que llevamos de año, o el retorno de unas de las bandas clave de los 70's hacia intuir que la gran mayoría de asistentes del festival van a lo que van, y no es precisamente a disfrutar de dulces melodías.


Con el SónarClub medio lleno, por no decir medio vacío, y una media de edad bastante elevada de los allí presentes, ROXY MUSIC dio el pistoletazo de salida a lo grande, con un escenario lleno de músicos, al más puro estilo big band y con coristas incluídas, y unas proyecciones que mostraban imágenes de la banda en su primera época. Empezó a sonar Re-make/re-model maravillosamente con Brian Ferry cantando entre bastidores. Cuando todo parecía apuntar a que íbamos a presenciar un concierto centrado en la parte más enérgica de su discografía, la cosa empezó a torcerse con un gran repertorio de baladas, que salvaron gracias al protagonismo que tuvo en todo momento la banda deleitándonos con solos que engrandecían una colección de canciones algo insulsa. Aunque con un fin de fiesta con temas como Jealous Guy, Virginia Plain, Do The Strand o Love is The Drug consiguieron meterse al público en el bolsillo, demostrando que, a pesar de los años, siguen siendo igual de grandes. Un concierto que hubiera lucido por todo lo alto en el Primavera Sound y que tuvo que conformarse con una discreta ovación.



Los de Brian Ferry se alargaron más de lo debido, por lo que no hubo tiempo para visitar a Dizze Rascal. Mientras esperábamos para ver la actuación de Fuck ButtonsBUFFETLIBRE DJ'S hicieron enloquecer al personal con una sesión divertida donde hubo cabida para temas de grupos como Yeah Yeah Yeahs, pasando por Nirvana o por la electrónica más noventera. Media hora de profunda diversión donde a uno se le olvidó todo el cansancio acumulado.

Tocaba el momento de FUCK BUTTONS. Pasaban 5 minutos de la una cuando Andrew Hung y Benjamin John Power se pusieron cara a cara para empezar a calentar motores. Ya desde el primer tema percibí que es un grupo de directos con un particular choque de mezclas entre electrónica y ruidismo. A mí particularmente me contagiaron esa actitud agresiva y hedonista, llegando a fascinarme elaborando espirales de rock experimental de muy alto voltaje. Fueron a una velocidad de vértigo desde el principio, como una locomotora sin frenos cuyo maquinista abre de vez en cuando la manilla de la intensidad. Destacó sobre todo The Lisbon Manu y un final antológico no apto para corazones delicados.

El gran misterio de la noche era, claramente, el concierto que THE CHEMICAL BROTHERS nos iban a presentar. Algo diferente a lo que habíamos visto de ellos hasta ahora. Y, al parecer, había curiosidad, pues consiguieron reunir a más personas que cualquiera de los conciertos de la noche anterior. Una única pantalla gigante al fondo del escenario fue la que mostró las maravillosas proyecciones que tenían preparadas para presentar el nuevo espectáculo, basadas sobre todo en el cuerpo humano.



Los primeros 45 minutos los dedicaron a su último disco 'Further', mucho más inspirado que los dos anteriores, donde los temas ganaron consistencia aportando cierta elegancia a un repertorio que, hasta la fecha, se había caracterizado por su lado más machacón. Another World y Swoon sonaron magníficas, siempre acompañadas de unas imágenes delicadas y unos efectos de láser que formaban una especie de pirámide en el escenario. La segunda mitad sólo la podían dedicar a hacernos bailar con sus hits más celebrados, así que, sin miramientos, comenzó a sonar Hey Boy Hey Girl, provocando los alaridos de una audiencia, ahora ya sí, completamente entregada. Con unas proyecciones bastante menos vistosas que en la primera parte hicieron sudar al respetable con Out Of Control, Believe y Setting Sun entre otras. Todas ellas versionadas y remezcladas para la ocasión. Un espectáculo audiovisual impresionante que no dejó a nadie indiferente.

TEXTO: RUBÉN SURIÀ / FOTOS Y VÍDEOS: RNE3

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