lunes, 15 de febrero de 2010

La gran fiesta del cine español


La XXIV edición de los premios Goya nos dejó anoche un claro vencedor. 'Celda 211', de Daniel Monzón, se hizo con ocho estatuillas (incluídas las de mejor película, mejor director y mejor actor protagonista), dejando así a su principal rival, 'Ágora', en un papel secundario. La cinta de Amenábar se alzó con siete premios, la mayoría de ellos técnicos. En este anunciado duelo se colaron 'El Secreto de sus Ojos' y 'Yo, también', con dos galardones cada una.



Mención especial merecen Luis Tosar, que se adjudicó el tercer Goya de su carrera gracias a su impecable interpretación del preso Malamadre, Lola Dueñas, elegida mejor actriz protagonista por delante de Penélope Cruz, Maribel Verdú y Rachel Weisz, Antonio Mercero, al que le fue concedido el Goya de Honor, y Guille Milkyway, cuya rumba indie-pop (tema central de la película 'Yo, también') fue declarada mejor canción. El líder de La Casa Azul, ataviado con polo Fred Perry y corbata a rayas, retransmitió el evento en directo a través de su twitter.



Lo cierto es que en el Palacio de Congresos se vivió una gala fresca, dinámica y cargada de buen humor, quizás de las más entretenidas de los últimos años. Dos horas y media que a ninguno se nos hicieron pesadas gracias a la ausencia de cortes publicitarios, las sorpresas que nos tenía preparadas y al gran director de orquesta que fue Andreu Buenafuente. El presentador catalán, con su habitual tono cómico, tuvo momentos brillantes que pasarán a la historia de estos galardones, como el tiroteo que sufrió para cerrar la velada.
El atuendo de la ministra de Cultura, la presencia de Pocoyó, el agradecimiento de Guille Milkyway a los fans de La Casa Azul, la genial presentación del Goya a la mejor canción, la sorprendente aparición final de Pedro Almodóvar para entregar el Goya a la mejor película, lo juntitos que pudimos ver a Penélope Cruz y Javier Bardem, el autocrítico discurso de Álex de la Iglesia, lo guapetes que iban gente como Marta Etura, Raúl Arévalo o Blanca Romero, los efectos especiales... Muchos momento reseñables que hoy nos hartaremos de ver en los telediarios.

Una ceremonia acertada y aplaudida por casi todos, a la altura del gran año vivido por nuestras producciones cinematográficas. Calidad en las ideas y cantidad de espectadores en las salas.

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