viernes, 6 de noviembre de 2009

Tremenda decepción




Una vez más, queda demostrado que no siempre los mejores nombres son los mejores. Nunca pensé que diría esto de Joaquín Reyes, pero nadie es perfecto. Todo pintaba bien con los Pin&Pon en la cabina que tuvieron que realizar un trabajo extra: enseñar a Joaquin Reyes a usar la mesa de mezclas. Con la sala rozando el lleno absoluto, Joaquín nos deleitó con una sesión "indie" en la que Beyonce se convertía en la estrella de la pista y en la que las interminables pausas entre canción y canción permitían al público irse al baño, pedirse una copa y luego volver a la pista. Sin embargo, demostró ser un gran gogo.

La nota mas negativa de la noche la ofreció Russell Lissack. Con su entrada, parecía que la sesión se acercaría a lo que todos soñábamos, sin embargo, solo diré que Lady Gaga fue quién esta vez se peleó con Rihanna para ver quien era la que hacía bailar mas a la sala. Russell debería pasar por Supersonic y aprender de JayBox o Jesse Hipster.

La música fue casi peor que la de la Sala 2, la cual no merece ni si quiera una mención especial. Sal 1 jueves al mes parecía mas bien una sesión de Duom los jueves tanto por la música como los asistentes que se volvían locos con Billie Jean, ¿Indie?
Una vez más, se demostró que el Indie y la gran fiesta, de momento, no parecen ser compatibles.

Como mención especial al público, tuvimos a dos "fetos" restregandose y "roneándose" toda la noche y la verdad es que fue un poco incómodo y desagradable. ¿Puede el derecho a la vida proteger a semejantes fetos? Para restregarse están las ramas de los árboles queridos simios.

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