Afrontar las últimas doce horas de festival es siempre más difícil que el resto. El agotamiento físico y mental te llevan a tomar decisiones menos sacrificadas que, en consecuencia, te permiten vivir más relajado. En cambio, pueden provocar cambios en el plan de ruta que llevas preparando durante una semana y hacerte perder algún concierto. Aún así el entusiasmo no decae porque el día de despedida de un festival me lo tomo de un modo muy personal: hay que darlo todo... ¡hasta el final!. Un año más acabó una edición del Primavera Sound que se ha presentado algo estresante debido a las dimensiones del nuevo recinto y la gran masificación. Sea como fuere, resulta satisfactorio ver como la música es la gran vencedora una vez más. Hasta el año que viene:
JOHN CALE & BAND + BCN216 PERFORMING 'PARIS 1919': La primera consecuencia de la "resaca" de los días anteriores fue no llegar a tiempo para ver a Perfume Genius, que actuaba a primera hora también en el Auditori (esta pequeña joya me queda pendiente). Una vez bien situados en la sala se apagan las luces y los músicos salen a afinar sus instrumentos durante diez minutos eternos en los que unos sonidos distrsionados hacen de colchón sonoro entre ellos y nosotoros. Por lo que podemos ver, irá acompañado de lo que sería una clásica banda de rock (bajo, guitarra y percusión), unos quince músicos en la parte de cuerdas y tres a los vientos. Finalmente sale John Cale vestido al estilo tradicional escocés y se situa destrás de los teclados en el centro del escenario. Así comienza a sonar ese magnífico 'Paris 1919', maravillosamente interpretado por un John Cale que cantó con una voz imponente todas y cada una de las canciones. Afinó con precisión y emocionó a más de uno en Hanky Panky Nohow o Andalucia. Los arreglos orquestales consiguen levantarte de la butaca para hacerte viajar a través de paisajes sonoros que oxigenan tu mente. Una vez finalizados los temas del disco que venían a interpretar, los músicos de cuerda y viento abandonan la escena para dar paso a dos coristas y comenzar la parte más rockera de la actuación. Hubo hueco para temas nuevos clásicos, recordando en estilo a los Pink Floyd de 'The Wall'. Con la vuelta de todos los músicos se vuelve a remontar progresivamente hasta finalizar con Captain Hook, tema que, por intensidad y majestuosidad, nos deja sin habla.
RUBIK: Me acerqué al escenario Jägermeiter-Vice por primera vez para ver a Rubik. No sabía muy bien lo que me iba a encontrar, pues poco había leído acerca de estos chicos finlandeses y de sus directos. Para mí resultaron ser la gran sorpresa del festival, uno de esos conciertos que justifican la pasión que uno siente por la música y el hecho de ir a este tipo de eventos para descubrir bandas y no sólo para disfrutar de las consagradas. Los siete músicos, colocados (o encajados) en el escenario más pequeño de todos, abrieron con World Around You un setlist que no decayó en ningún momento. Hicieron todo lo que estaba en sus manos para conquistarnos desde el primer minuto (que no fue poco) y la respusta fue unánime: éxito. Con una energía que me recordó a la de los primeros Arcade Fire, se fueron intercambiando multitud de instrumentos. A pesar de eso, consiguieron sonar sencillos en unas ocasiones y en otras grandilocuentes, graduando a la perfección las dos vertientes mientras la fiesta se sucedía tanto fuera como dentro del escenario. Agotado como me sentía, hicieron que saltara y bailara con su pop inquieto como si fuera la primera actuación de esta edición. Una suerte de concierto que no ha hecho otra cosa que añadir un seguidor entre sus filas, aunque si me dejo guiar por la respuesta de los allí presentes vamos a tener que sumar alguno más.
PJ HARVEY: Había grandes incógnitas ante la actuación de la gran dama de la música indie contemporánea: ¿Cómo llevaría al directo un disco tan lírico y bello como 'Let England Shake' que dista tanto de aquella Polly Jean a la que estábamos acostumbrados? El resultado fue una puesta en escena sobria, abundacia de lo negro sobre el blanco immaculado de su vestido de novia medieval, todo esto acompañado de un sencillo juego de luces que sirvió para engrandecer ''la canción" por encima del espectáculo. Comenzó (autoarpa en mano) con Let Engand Shake y siguió con un repertorio en el presentó su último trabajo casi en su totalidad (exceptuando England y Hanging in the Wire), siempre intercalando temas de discos anteriores. Entre ellos, grandes éxitos como C'mon Billy, Down By The Water, Big Exit y Meet Ze Monsta, tema final de la actuación. En todo momento procuró ser fiel al sonido del disco que venía a presentar. Mientras que las nuevas canciones sonaban tan brillantes como en el estudio, las antiguas lucieron menos rockeras, aquiriendo un toque de elegancia que aportaban cierta coherencia a la actuación. El fallo estuvo en que la potencia del sonido no llegó a los niveles deseados, por lo que el ambiente se vio contaminado por las conversaciones de los que nos rodeaban y fue inevitable sentir cierta incomodidad durante los noventa minutos que duró todo. La conclusión quizás sería que esta es una gira más pensada para teatros que para festivales y espero que pronto tengamos la posibilidad de verla como se debiera: en un pequeño recinto desde una butaca.
MOGWAI: Este concierto se sube al podio de lo mejor de la jornada bajo mi propia sorpresa. Una puesta en escena sencilla con proyecciones al fondo para acompañar una iluminación pirotécnica que se hacía cegadora por momentos. A pesar de no ser muy amante de sus discos, tengo que decir que el directo de Mogwai es otra cosa muy distinta: el post-rock de los escoceses consigue atraparte de una forma violenta, sin que te des cuenta te están dando un pequeño paseo por las nubes para ametrallarte de repente con sus guitarras enfurecidas. Y ahí te encuentras tú, teniendo todo tipo de sensaciones, maniatado y amordazado por la música. Tras dedicar Fear Satan a la victoria del Barça en Londres, se produjo lo que para mí fue el momento álgido de la noche. Si un par de noches antes con Girl Talk casi ni me entero si se acaba el mundo, esta vez pensé que estaba presenciando el fin de los tiempos en directo. Mogwai entusiasmó con un sonido ensordecedor en un escenario Llevant lleno hasta la bandera.
ANIMAL COLLECTIVE: El colectivo animal siempre se ha caracterizado por no tener muy en cuenta lo que opinen los demás, actitud que jugó a su favor en la última noche del Primavera Sound. Eran los últimos cabezas de cartel en actuar y el escenario San Miguel estaba casi más lleno que con PJ Harvey. ¿Cómo puede ser que atraigan tanto público haciendo una música tan inaccesible y compleja? Haciendo gala de su peculiar forma de ver el mercado musical, siempre un paso por delante, se marcaron un concierto lleno de temas inéditos hasta la fecha. Algunos sonaron más pop que de costumbre y otros seguían ese estilo de ritmos taladrantes que te llevan al borde de un brote esquizofrénico, pura esencia Animal Collective que consiguió que sus seguidores les amaran más si cabe y sus detractores quisieran huir de esa mazmorra sonora que se había creado a su alrededor. Cada beat te golpeaba el pecho fuertemente, avisándote de que aquello no era apto para todos los públicos. ''¿Te quedas o te marchas?'' me preguntaban esos ritmos... Me quedo. Pocos guiños al pasado, entre los que se encontraron Did You See The Words?, Brother Sport y, para cerrar la actuación, una estupenda Summertime Clothes que consiguió sacarme de ese letargo mental al que me habían transportado los muy "animales".
HOLY GHOST!: El dúo neoyorkino ofreció ese concierto que siempre deseo en cualquier festival y que parecía que este año ya no iba a llegar. Convirtieron el escenario Ray-Ban en una macro discoteca a base de ritmos de baile hedonistas y una puesta en escena multicolor. No se le puede pedir más a una banda que no destaca por nada concreto a simple vista, pero un concierto efectivo, sin altibajos, lleno de buena muscia y diversión me deja más que satisfecho. Espero poder volver a disfrutar de su directo antes de que acabe el año, pues un repertorio de sólo diez canciones me supo a poquísimo.
DJ COCO: Como viene siendo costumbre, Coco fue el encargado de cerrar los platos, así que esta vez quisimos dejar la electrónica a un lado para bailar (y cantar) temas pop/rock de siempre, a pesar de tenerlo casi cada semana en nuestra queridísima La [2] de Apolo. Además de pinchar a algunos artistas congregados en el cartel, también hubo espacio para escuchar a Phoenix, Tv On The Radio o Pixies y, casi para acabar, intentó sacarnos los colores (ni mucho menos) tirando de Rod Steward o Bruce Springsteen. Una sesión regeneradora que acabó antes de lo esperado, al igual que sucedió el resto de días anteriores en otros escenarios.